La palabra cabo se utiliza en la náutica como un término genérico para referirse a todas las cuerdas, independientemente de su tipo, de su mena —su circunferencia— o del material con el que están fabricadas, y tanto para aquellas utilizadas para resolver la maniobra a bordo, como por ejemplo, las drizas y las escotas, como las usadas en tierra y en los muelles para amarrar a los buques o sujetar las cargas.
La cabuyería, por su lado, define al conjunto de cabos utilizados en un barco, y se extiende al arte de realizar nudos utilizando cabos.
Los cabos están íntimamente relacionados a la náutica, al punto tal que no es posible rastrear que fue primero, si uno o el otro.
El primer registro que existe de la fabricación de cuerdas y cabos data del año 4.000 a.c., en Egipto, donde se los fabricaba principalmente de fibras de juncos que eran abundantes en las costas del Nilo, y en menor medida de las extraídas de las palmeras, el desecho del lino y el papiro. Estos cabos se fabricaban manualmente, retorciendo los manojos de fibras sobre si mismos para lograr extenderlos y darle resistencia mecánica.
Si bien los primeros diagramas de máquinas para producir cuerdas y cabos surgieron de la mano de Leonardo Da Vinci, se cree que ya existían herramientas para ayudar a su fabricación desde bastante tiempo atrás.
Finalmente, el gran paso evolutivo en las técnicas y materiales utilizados en la fabricación de cabos ocurrió a mediados del siglo XX, con la aparición de las fibras sintéticas, que no solo son mucho más resistentes que las vegetales y textiles, sino que además de ser retorcidas pueden ser también trenzadas logrando así cabos extremadamente fuertes y robustos.
Al respecto, vale decir que un cabo se fabrica uniendo grupos de pocas fibras que se retuercen entre sí para formar las filásticas o hilos base. Esas filásticas se unen en nuevos grupos que se retuercen nuevamente entre sí resultando en cordones, que vuelven a retorcerse en grupos para formar cordones retorcidos. Estos pueden retorcerse otra vez en grupos de tres o cinco obteniendo así los cabos retorcidos. A su vez puede forrarse el cabo en una vaina de otro material, sea para agregar resistencia a los rayos solares o para facilitar su manipulación.
Filásticas, cordones, cordones retorcidos y cabo retorcido.
Otra alternativa de fabricación más moderna consiste en trenzar los cordones, en lugar de retorcerlos, para obtener así los llamados cabos trenzados.
El cabo retorcido más elemental es el de tres cordones, que resulta en un cabo sumamente flexible al punto de que permite hacer gazas —ojales y lazos no deslizables— con facilidad, pero esa misma flexibilidad hace que el cabo sufra gran estiramiento.
Cabo retorcido con gaza.
Para evitar ese estiramiento se fabrican otros cabos con un trenzado más cerrado llamado trenzado macizo o trenzado sólido. Estos cabos pueden resultar de la combinación de un alma interior de cordones sin trenzar forrada por otra malla trenzada. En cualquier caso, resultan ser cabos más bien rígidos, que no permiten realizar gazas pequeñas, y con un bajo grado de estiramiento.
Cabo trenzado con gaza.
Otra opción son los cabos de trenzado hueco, que se confeccionan con un único trenzado tubular periférico, dejando el interior vacío. Los cabos utilizados para ski acuático son un ejemplo de este tipo de cabo.
Los cabos de doble trenzado son los de confección más compleja, pues básicamente consisten en dos cabos en uno. Se trenza primero el alma interior y luego se trenza sobre ella una vaina de otro material. Esta técnica permite combinar en un mismo cabo propiedades de distintos materiales, por ejemplo, alma de bajo estiramiento y funda con mayor resistencia a la fricción.
Cabo trenzado doble.
Por su conformación, el cabo retorcido es más flexible y elástico —y en general más económico— que el cabo trenzado, y por lo tanto más apto para fabricar gazas y para resolver amarres pues en esos casos es bueno que el cabo a utilizar tenga algo de elasticidad ya que de esa forma el barco sufre menos el movimiento y tirones en la amarra. Y en cambio, cuando se busca un cabo de bajo estiramiento y flexible para pasar por motones o hacer nudos, se debe acudir a los cabos trenzados.
Actualmente, los cabos de fibras naturales se fabrican principalmente con hebras de algodón, lino, de bonote o cáñamo.
Este tipo de cabos suele sufrir un gran desgaste en el ambiente marino y no resisten tensiones producidas por tirones violentos. Tampoco soportan los roces constantes y, cuando se mojan, aumentan notablemente de peso y se hinchan. Además, los nudos son difíciles de desarmar, especialmente si fueron sometidos a tensiones. En función de las cargas que soportan, el diámetro de este tipo de cabos debe ser mayor que en el caso de los sintéticos.
A igualdad de cargas, la mena —longitud de la circunferencia— de este tipo de cabos debe ser mayor que la de los cabos sintéticos.
Los cabos de fibras sintéticas, por su parte, se fabrican a partir de múltiples hilos continuos —que no tienen cortes ni empalmes— que se retuercen entre sí aplicando las técnicas ya explicadas. Son más livianos, soportan mayores tensiones y tirones, no aumentan de peso luego de mojarse y las secciones son más pequeñas respecto del esfuerzo a realizar. Algunos nudos pueden deshacerse con más facilidad que en los cabos de fibras naturales, ya que son materiales más suaves. No obstante, tienen la desventaja de fundirse con las altas temperaturas generadas por el roce entre dos cabos o motones que no rueden o ante la exposición continua al Sol, estropeando por completo el cabo.
Dentro de las fibras sintéticas podemos resaltar los siguientes materiales:
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Nylon: También conocido como poliamida, es un material muy resistente y flexible que soporta bien la abrasión y la luz solar. |
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Poliéster: Se lo conoce también como dacrón, que es el nombre comercial del producto. Su resistencia es similar a la del nylon, pero es muy poco flexible, razón por la cual suele ser utilizado para hacer drizas —especialmente los que vienen pre-estirados y forrados— o cabos de fondeo y amarre. |
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Polipropileno: Este material es poco resistente y no soporta grandes cargas de trabajo. |
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Polietileno: Sus características son similares a las del polipropileno, siendo poco resistente a la tracción, a los rayos ultravioletas y a los roces, y flota sobre el agua. |
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Aramida: Es una fibra derivada del nylon, pero con una resistencia al estiramiento y la tracción tres veces superior. Los cabos de esta fibra se los conoce usualmente por sus marcas comerciales, tales como Kevlar o Technora, fabricados por DuPont, o Twaron, fabricado por Teijin Aramid. |
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Polietileno de ultra alto peso molecular (UHMWPE). Son extremadamente fuertes, muy ligeros y flotan en el agua, con excelente resistencia a la abrasión y a productos químicos, pero sensibles a las altas temperaturas y la radiación solar, por lo que se los vende recubiertos en vainas de otros materiales resistentes al Sol. |
material | aplicación | ||||||
propósito general | remolque | fondeo | amarre | drizas | escotas | seguridad | |
nylon | ü | ü | ü | ü | |||
poliester (dacrón) | ü | ü | |||||
polipropileno | ü | ||||||
polietileno | ü | ||||||
aramida | ü | ü | |||||
polietileno (UHMWPE) | ü | ü |
Las principales características que definen a los cabos son su elasticidad, su peso y su coeficiente de resistencia.
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El grado de elasticidad trata la capacidad de recuperación ante los estiramientos que pueda sufrir un determinado cabo, y que tiene tres instancias. |
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La más importante de ellas es la que adopta el nombre de elasticidad en sí misma, y es la recuperación al estiramiento que sucede inmediatamente después de que el cabo es liberado de la carga de tracción. |
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La segunda se denomina histéresis, y mide la porción de estiramiento que se recupera gradualmente durante horas, incluso días, después que el cabo es liberado de la carga. |
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La tercera es la conocida como estiramiento permanente, que considera la medida de cabo que no se recupera del estiramiento después de la carga, debido a la deformación y acomodamiento de sus fibras. |
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El peso, como ya hemos visto, tiene que ver con la capacidad de un cabo de flotar o de hundirse. |
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El coeficiente de resistencia mide el límite de rotura de cada cabo, y se explica en la siguiente tabla. |
material | mena (circunferencia) | |||
6 mm | 8 mm | 10 mm | 12 mm | |
aramida (núcleo de kevlar) | 1,100 Kg | 2,500 Kg | 3,800 Kg | 5,200 Kg |
nylon: 3 cordones | 750 Kg | 1,350 Kg | 2,100 Kg | 2,700 Kg |
polyester: 3 cordones | 570 Kg | 1,000 Kg | 1,600 Kg | 2,100 Kg |
polyester: 16 hilos | 1,000 Kg | 1,700 Kg | 2,600 Kg | 3,200 Kg |
polipropileno: 3 cordones | 500 Kg | 900 Kg | 1,300 Kg | 1,600 Kg |
polietileno: 3 cordones | 150 Kg | 700 Kg | 1,100 Kg | 1,400 Kg |
Para resolver amarres, fondeos y remolques, pueden utilizarse cabos retorcidos de tres cordones, pero en general, son más convenientes los de doble trenzado porque mantienen su flexibilidad y grado de elasticidad, resultan más agradables de manejar y más fáciles de adujar %mdash;enrollar y ordenar un cabo— y estibar. Deben descartarse, por inadecuados, los cabos de trenzado hueco y los de trenzado sólido.
Cabo retorcido de tres cordones con gaza y cabo doble trenzado con gaza.
Los materiales aptos son el nylon y el poliéster, prefiriendo el primero, por tener mayor elasticidad.
Existen cabos fluorescentes, muy adecuados para utilizar de noche, pues son intensamente luminosos, pero también muy difíciles de conseguir y de precio elevado.
Los cabos destinados a la línea de fondeo deben tener una gaza con guardacabo en su extremo, para asegurar la sujeción al grillete y evitar el roce.
Le aclaro un par de términos, que luego explicaremos con más detalle.
Una “gaza” se forma doblando un cabo sobre sí mismo de tal forma que forme una especie de ojal, o lazo cerrado no deslizable.
Un “guardacabo” es un anillo de metal, de plástico o madera que se inserta dentro de una gaza, y que tiene por objeto proteger al cabo que la forma del roce abrasivo con los materiales a los que se fija esa gaza.
Para remolcar embarcaciones pequeñas y livianas, tales como un bote auxiliar o un semirrígido, conviene usar cabos flotantes de polipropileno —los cabos que no flotan podrían enredarse en la hélice—. Pero para remolcar embarcaciones más pesadas, debe pensarse ya en un cabo de características similares a las de los cabos de fondeo.
Esta tabla sugiere los diámetros de cabo para aplicaciones de amarre, fondeo y remolque según la eslora del barco, indicando además la resistencia máxima o el factor de rotura de cada opción.
eslora | amarre, fondeo y remolque | |
diámetro | resistencia - punto de rotura | |
de 15 pies a 25 pies | 10 mm | 1,800 Kg |
de 26 pies a 35 pies | 12,5 mm | 3,150 Kg |
de 36 pies a 49 pies | 12,5 mm | 3,150 Kg |
El término cabo de maniobra refiriere a los cabos que forman parte de la jarcia móvil, es decir las drizas, las escotas y los demás cabos que hacen al control del velamen de la embarcación.
Para esta aplicación pueden utilizarse cabos de poliéster, siempre que sean de excelente confección y de muy bajo estiramiento. En los veleros de crucero de gran tamaño y en los de regata, se requieren materiales más costosos para lograr que los cabos sean más livianos y de menor diámetro, tales como los de polietileno del tipo UHMWPE, comercialmente conocidos como cabos Spectra o el Dyneema.
eslora | aplicacion | |||
escota vela mayor | escota velas de proa | escota de spinnaker | braza de spinnaker | |
20 pies | 8,0 mm | 6,0 mm | 6,0 mm | 6,0 mm |
25 pies | 8,0 mm | 8,0 mm | 8,0 mm | 8,0 mm |
30 pies | 10,0 mm | 10,0 mm | 10,0 mm | 10,0 mm |
35 pies | 11,0 mm | 11,0 mm a 12,5 mm | 10,0 mm | 11,0 mm a 12,5 mm |
40 pies | 12,5 mm | 12,5 mm a 14,0 mm | 11,0 mm a 12,5 mm | 12,5 mm a 14,0 mm |
45 pies | 12,5 mm a 14,0 mm | 14,0 mm a 16,0 mm | 12,5 mm | 16,0 mm |
Los cabos, como todo elemento náutico, son un elemento esencial de las maniobras que se realizan en la embarcación, por eso no debe descuidarse su estado y mantenimiento, ya que cualquier defecto que pudiesen tener, podría derivar en un problema. Las siguientes son las medidas recomendadas para el cuidado y protección de los cabos dentro de un barco.
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No exponer innecesariamente los cabos al Sol, pues la acción de los rayos ultravioletas y las altas temperaturas los desgastan. |
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No almacenar los cabos mientras estén húmedos. Es conveniente dejarlos secar al aire libre antes de estibarlos. |
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Evitar las fricciones excesivas contra bordes y ángulos agudos o contra superficies ásperas, en ese caso es conveniente proteger al cabo con una vaina de protección. Evitar el paso de los cabos por ollaos —ojales&mash; metálicos que se encuentren gastados o con filos expuestos, o por motones endurecidos por falta de lubricación o desgaste, o el roce entre cabos. |
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Lavar los cabos con abundante agua dulce, particularmente si hubiesen estado en contacto con arena o tierra, ya que se trata de materiales abrasivos que destrozan las fibras cuando penetran entre ellas. Luego de navegaciones en el mar, conviene lavarlos en puerto con agua potable para evitar que el salitre —de alto contenido en yodo— queme o degrade las fibras. Si fuese necesario utilizar detergentes para eliminar suciedad, aceites o grasas, opte por los neutros. |
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En caso de tener que cortar un cabo de forma programada —es decir, en una situación que no involucre una emergencia— hágalo con un instrumento cortante previamente calentado. |
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Utilizar cabos de la sección apropiada con respecto a su función de carga o esfuerzo, o a la manipulación. Debido a las diferentes tecnologías, algunos cabos son de pequeña sección con respecto a la mano. |
Gaza con guardacabo y grillete.
inicio | atrás | anteriorEste texto forma parte del Manual de Instrucción del Curso de Timonel de Yate de Vela y Motor de la Escuela de Náutica del Club de Veleros Piedrabuena.
ISBN 978-987-88-2752-0
Reproducido con autorización del autor.
Esperamos que esta nota le haya sido útil.
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