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Timonel de Yate de Vela y Motor

Partes del Barco: De los Veleros de Madera

Buenos Aires, Argentina - 29-Sep-2025 - Jorge Messano | © CVPB

Nomenclatura

En la nota precedente a esta hemos definido la arboladura y la jarcia, y en la nota anterior las partes y referencias generales relativas al casco de una embarcación. En esta continuaremos, agregando todo el argot relativo a los veleros de madera, que tienen su propias partes.


Partes de los Veleros de Madera

A diferencia de los veleros de fibra de vidrio, cuyos cascos se fabrican a partir de matrices, los de madera requieren del ensamblaje artesanal de cientos de piezas y partes.

La estructura fundamental es la que ya hemos explicado, basada en una quilla robusta que se une en la proa a la roda y en la popa al codaste, y sobre la cual se calzan las cuadernas. Debajo de la quilla se agregan una serie de tablones que conforman la zapata y debajo de ella se coloca el quillote, fijando todo el conjunto con pernos. La función de la zapata es alejar el quillote —que es la pieza de lastre— del centro de gravedad del barco, produciendo un brazo de palanca más largo que redunde en mayor estabilidad horizontal.

La sobrequilla consiste en un entablado de madera más ancha que la sección de la quilla, que se coloca sobre ésta para trabar en su sitio a las cuadernas.

Las serretas son listones que se cruzan transversalmente desde la roda hasta el codaste, a distintas alturas de las cuadernas, para darle a éstas sostén estructural.

Los baos se colocan sobre las cuadernas, dándole el soporte necesario para que estas puedan soportar la presión ejercida por el agua sobre el forro del casco, que lo trasladada a las cuadernas. Asimismo, los baos sirven de base al tablado de la cubierta.

El forro exterior del casco se construye con un conjunto de tablas, llamadas tracas, que se ensamblan una sobre la otra, fijándolas horizontalmente a las cuadernas. La traca de aparadura es la que se coloca inmediatamente sobre la quilla —puede ser más de una línea de tracas— y es de un espesor superior a las demás. Sobre ésta se colocan las tracas cinta, llamándose tracas cinta de agua a las que quedan debajo de la línea de flotación en contacto con el agua —esa es la obra viva— y que son más gruesas que las que quedarán sobre ella —en la obra muerta—.

En algunos barcos antiguos solía cubrirse las tracas cinta de agua con un revestimiento de láminas de cobre, colocando entre ellas y la madera una capa de fieltro o papel.
El objeto de esto era aislar la madera del contacto con el agua, para evitar la podredumbre y, principalmente, la fijación de lapas, moluscos y crustáceos —a los que no les agrada el cobre— logrando así mantener la superficie lisa, que es lo que se necesita para que barco se deslice mejor en el agua.

Las tracas pueden colocarse de la forma tradicional, montándolas una sobre otra de tal forma que queden unidas por sus cantos, o en tingladillo superponiendo sus bordes.

La ventaja del segundo método es que permite usar tracas —tablas— más finas, obteniéndose así una embarcación relativamente más liviana, pero en detrimento de la performance pues el escalonamiento de las tracas en el tingladillo genera algunas turbulencias al navegar que degradan la facilidad de deslizamiento del casco en el agua.

Unión de las tracas

La unión de las cuadernas con los baos se refuerza con un listón llamado durmiente, que al igual que las serretas, recorre la banda de proa a popa, conectando el extremo de la roda con el del codaste.

Sobre los baos se coloca luego la tablazón que forma el forro de la cubierta, hecho también con tracas del mismo ancho ensambladas una al lado de la otra. La única excepción a esto son las tracas de trancanil, que son las que quedan en el borde de la cubierta, en contacto con la más alta de las tracas cinta, y que se las fabricaba con tablas generalmente más anchas, y montadas en desnivel para facilitar el escurrimiento del agua hacia la borda.

Antiguamente, la unión de las tracas, tanto las de las bandas como las de la cubierta, se calafateaban —es decir, se sellaban— con una mezcla de estopa embebida en brea para impedir el paso del agua. Actualmente esto se resuelve con selladores sintéticos.

Sobre el trancanil sobresalen los barraganetes, que son los extremos de las cuadernas, o bien unos tacos de madera instalados a propósito, y sobre los cuales se apoya la tapa de la regala, que opera como borde de toda la obra muerta.

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Fuentes

Este texto forma parte del Manual de Instrucción del Curso de Timonel de Yate de Vela y Motor de la Escuela de Náutica del Club de Veleros Piedrabuena.

ISBN 978-987-88-2752-0

Reproducido con autorización del autor.


Esperamos que esta nota le haya sido útil.

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